Me
emociona el cine. Pero más aún ver las películas nominadas a los premios Oscars
que cada año nos deslumbra con sus celebrities de fantasía; porque creáse o no cagan
y tienen lagañas como una; sus fantásticos vestidos y zapatos de diseñador, esos
peinados seductores y esas figuras que obtuvieron gracias a semanas sin comer. Ahhhhh, si… amo todo eso. Es más, me imagino
siendo una de ellas y trato de identificarme con cada una de esas estrellas que
generalmente terminan estrelladas. Pero este año esta entrega tiene algo en
particular: no habrá gente negra. Sólo rubiecitos y coloraditos nominados, pero
ningún corpulento morocho ni escultural negra por el hecho que los señores de
la Academia (y no hablo de Racing) han decidido que ninguno sería capaz que
estar siquiera nominado a tal preciada estatuilla. Loco, no? Desde 1939 no
pasaba esto. Tal vez estos señores tengan razón y ninguno de estos actores
laburó tanto como para llevarse este premio, pero hay blancuchos que no sirven
ni para decir: “La mesa está servida”. Sea por esta u otra razón que
desconozco, este año se ha organizado una especie de complot para no asistir al
gran evento, encabezado por Will Smith y su señora. Todos, menos la legendaria
Whoopie Goldberg, quien no comparte esta loca idea de aislarse del mundo sólo
por eso. También podría pasar con los chinos, los ingleses, o los argentinos!
Pero esta vez les tocó a los afroamericanos. No se si yo haría lo mismo en una
situación como esa, me parece extraño en un país que dice respetar los derechos
de todos y bla bla, donde el sueño americano ha salvado miles de vidas, pero no
todo es color de rosa, por supuesto, sucedan estas cosas.
Por el
momento me limito a ver las películas nominadas. Ya vi Carol, Joy y estoy a
punto de ver El renacido, y espero que de una vez por todas Leonardo DiCaprio
se lleve al fin su Oscarcito, ya que es un actorazo de puta madre que los
viejos chotos que eligen a los mejores no se han dado cuenta que existe. Es un
pecado, señores!
Vos, estás viendo alguna de las nominadas?
Contáme. Besos